viernes, 6 de noviembre de 2020

 Los días en que perdimos el estilo docente o casi..

 

En la víspera de mi aniversario 16 como educadora,  y haciendo las revisiones pertinentes a la primera evaluación (a la que aún no le encuentro tanto sentido, lo tiene pero posiblemente ahora no esté tan enfocada).  Me llegaron de golpe las ideas de mi función docente.

Hoy siete meses y un poco más fuera del espacio físico de la escuela, puedo ver el desinterés por planear y enfocarse en lo que requieren los niños, fácilmente maestras que revisan páginas que solo transcriben la programación, pero como agregan dibujitos se ven lindos -también sin generalizar-, hay muchas páginas que dan el soporte, los tutoriales de apoyo y gracias porque existan.

Se nos ha olvidado que los niños necesitan la convivencia, y el contacto que nos ha quitado la pandemia y aceptamos sentarlos en una pantalla por tiempo obligado, sobreestimularlos neurológicamente por tantos dispositivos, y remediarnos a resolverles todo a los hijos “porque si no estoy, no hace nada” bienvenida la generación que no tiene autorregulación  y poca creatividad,

Pero también he podido ver, lo mágico que sigue siendo preescolar, organizar las videollamadas, los audios y los videos grabados para explicar las actividades; de la mano de quienes realmente aman ser educadoras no solo porque les paguen, maestras comprometidas que no están presentando la justificación antes de la acción. .

Maestras que se ponen el mandil de educadora, sí ese de dibujitos; maestras que crean guiñoles, que adornan sus paredes, que levantan la manita hecha con material reciclado; maestras que arriesgan su salud por acercar cuadernillos de apoyo.

Creo que ha sido un tiempo difícil: pérdidas, alejamiento, encierro, y otras tantas cosas más. Sin embargo, considero que la actitud, la disposición es determinante para realizar un trabajo a distancia, sin más limitantes que las que uno crea..

Desde mi punto de vista como directora, puedo entender, bajar barreras y tratar de guiar a  mis compañeras sobre lo que realizan con los niños, pero si te topas con una pared, pretextos, sindicatos y otros factores, llegas a este punto de repensar si lo que está pasando en lo educativo crea grandes posibilidades o las cierra.

Lo que destaca desde que inició este distanciamiento social se llama formación docente y estilo docente. Con base en mi experiencia directiva y conocidos; en su mayoría las educadoras de normales públicas buscaron y siguen buscando las estrategias de apoyo para ellas y sus niños: las demás, las excusas.

No pretendo atacar a nadie ni generalizar; más es real que a muchas educadoras les ha venido “como anillo al dedo” la pandemia, escudándose en que los padres no tienen datos, no han mandado evidencias, y así la culpa se la echan mutuamente entre padres y maestros, pero dejamos de ocuparnos ambas partes de los niños, de sus sonrisas, de platicar de sus ocurrencias, de escuchar cuando dicen “que extrañan su escuela, maestros y amiguitos”.

Hemos pasado de quejarnos en redes del sistema, de la programación, figuras administrativas y de los papáseso sí, con memes para que no parezca grosero.  Pero seguimos a la espera que nos den todo, y ya ubicado aún así quejarnos ¡siete meses de quejas!

Mi muro de red social, de repente se llenó de “trucos”, de memes; pasé de ver sugerencias de videos o actividades, a cuadernillos hechos solo para enviar a padres, sin refuerzos específicos de grupo, de solo planear una actividad cada dos semanas, sin un solo toque de la educadora tal o tal; los muros se llenaron de comerciales de ventas, de reclutar gente para “lograr sus metas” “para vivir como nunca han vivido”, de seguir quejándose de los padres.

Si lo vemos desde otro lado, somos un gremio bendecido y afortunado, no hemos perdido un solo privilegio económico. Y quienes han valorado y agradecido lo anterior, son quienes siguen siendo la base de nuestro nivel.

Mencionaba antes que el estilo docente se perdió o tal vez muchos nunca lo apropiaron.. Se requiere un fortalecimiento de los valores y comportamientos que promueve la escuela; ser compañeros, apoyarse, mostrar el trabajo.

Aún recuerdo a mis maestras tutoras cuando yo era practicante de la normal, y aunque no he logrado ser como ellas, sé que puedo realizar cosas diferentes, ideas diferentes, porque ese es mi estilo docente, soy la que entra a los salones solo para saludar a los niños a diario, soy la que conoce los nombres de todos, soy la que saluda con respeto a cada padre, la que manda información e inmediatamente dispuesta para cualquier duda o apoyo. También soy un poco controladora, revisora, organizada y cumplida. (incluso con covid), pero con la idea firme que todo siempre es MEJORABLE.. Un Estilo de ser que ha cambiado en 16 años con altas y bajas, lo importante es mantener el equilibrio, mi equilibrio. 

Lamentablemente el sistema siempre tendrá vacíos, más depende de uno saber si es la pieza que soporta y genera cambios o la que siempre dará validez que lo demás está mal. No hay un estilo de enseñanza correcto o incorrecto, pero hay que ser más humano.

No sabemos qué presenta el panorama de la función docente en los próximos meses, pero espero ver a muchas educadoras con su vocación latente, cantando y bailando como siempre en la escuela física o virtual.

Gracias por leer, solo son pensamientos e interesantes puntos de vista. ¿Cómo puede mejorar esto?

 Mtra. Sheryl Aguilera Chuc. 

jueves, 9 de febrero de 2012

remembranza...



Ni siquiera recuerdo cuántos años han pasado desde que partió a otro plano y que su trascendencia ha forjado una parte de mi vida; el cáncer se la llevó y ni tiempo tuvo de despedirse... más tuvo corazón de vivir alegre y trabajadora como siempre, como todos los días que la ví arreando sus chivos, haciendo tortillas o caminando a mi lado...

La enfermedad se llevó su sonrisa, su trenza que un día fue su más grande dolor pese al corporal y dejar a sus niños "a la buena de Dios".

Hoy, solo porque sí la recordé, con la grandeza de quien fue y que reflejó  mi creación.

Con mucho cariño a la  gran memoria y fuerza de Doña Migue...

viernes, 27 de enero de 2012