Los días en que perdimos el estilo docente… o casi..
En la víspera de mi aniversario 16 como
educadora, y haciendo las revisiones
pertinentes a la primera evaluación (a la que aún no le encuentro tanto sentido,
lo tiene pero posiblemente ahora no esté tan enfocada). Me llegaron de golpe las ideas de mi función
docente.
Hoy siete meses y un poco más fuera del espacio
físico de la escuela, puedo ver el desinterés por planear y enfocarse en lo que
requieren los niños, fácilmente maestras que revisan páginas que solo
transcriben la programación, pero como agregan dibujitos se ven lindos -también
sin generalizar-, hay muchas páginas que dan el soporte, los tutoriales de apoyo
y gracias porque existan.
Se nos ha olvidado que los niños necesitan la
convivencia, y el contacto que nos ha quitado la pandemia y aceptamos sentarlos
en una pantalla por tiempo obligado, sobreestimularlos neurológicamente por
tantos dispositivos, y remediarnos a resolverles todo a los hijos “porque si no
estoy, no hace nada”… bienvenida la generación que no tiene
autorregulación y poca creatividad,
Pero también he podido ver, lo mágico que sigue
siendo preescolar, organizar las videollamadas, los audios y los videos grabados
para explicar las actividades; de la mano de quienes realmente aman ser
educadoras no solo porque les paguen, maestras comprometidas que no están
presentando la justificación antes de la acción. .
Maestras que se ponen el mandil de
educadora, sí ese de dibujitos;
maestras que crean guiñoles, que adornan sus paredes, que levantan la manita
hecha con material reciclado; maestras que arriesgan su salud por acercar
cuadernillos de apoyo.
Creo que ha sido un tiempo difícil: pérdidas,
alejamiento, encierro, y otras tantas cosas más. Sin embargo, considero que la
actitud, la disposición es determinante para realizar un trabajo a distancia,
sin más limitantes que las que uno crea..
Desde mi punto de vista como directora, puedo
entender, bajar barreras y tratar de guiar a
mis compañeras sobre lo que realizan con los niños, pero si te topas con
una pared, pretextos, sindicatos y otros factores, llegas a este punto de
repensar si lo que está pasando en lo educativo crea grandes posibilidades o las
cierra.
Lo que destaca desde que inició este
distanciamiento social se llama formación docente y estilo docente. Con
base en mi experiencia directiva y conocidos; en su mayoría las educadoras de
normales públicas buscaron y siguen buscando las estrategias de apoyo para ellas
y sus niños: las demás, las excusas.
No pretendo atacar a nadie ni generalizar; más
es real que a muchas educadoras les ha venido “como anillo al dedo” la pandemia,
escudándose en que los padres no tienen datos, no han mandado evidencias, y
así… la culpa se la echan mutuamente entre padres y
maestros, pero dejamos de ocuparnos ambas partes de los niños, de sus sonrisas,
de platicar de sus ocurrencias, de escuchar cuando dicen “que extrañan su
escuela, maestros y amiguitos”.
Hemos pasado de quejarnos en redes del sistema,
de la programación, figuras administrativas y de los papás…eso sí, con memes para que no parezca
grosero. Pero seguimos a la espera que
nos den todo, y ya ubicado aún así quejarnos ¡siete meses de
quejas!
Mi muro de red social, de repente se llenó de
“trucos”, de memes; pasé de ver sugerencias de videos o actividades, a
cuadernillos hechos solo para enviar a padres, sin refuerzos específicos de
grupo, de solo planear una actividad cada dos semanas, sin un solo toque de la
educadora tal o tal; los muros se llenaron de comerciales de ventas, de reclutar
gente para “lograr sus metas” “para vivir como nunca han vivido”, de seguir
quejándose de los padres.
Si lo vemos desde otro lado, somos un gremio
bendecido y afortunado, no hemos perdido un solo privilegio económico. Y quienes
han valorado y agradecido lo anterior, son quienes siguen siendo la base de
nuestro nivel.
Mencionaba antes que el
estilo docente se perdió o tal vez muchos nunca lo apropiaron.. Se
requiere un fortalecimiento de los valores y comportamientos que promueve la
escuela; ser compañeros, apoyarse, mostrar el trabajo.
Aún recuerdo a mis maestras tutoras cuando yo
era practicante de la normal, y aunque no he logrado ser como ellas, sé que
puedo realizar cosas diferentes, ideas diferentes, porque ese es mi estilo
docente, soy la que entra a los salones solo para saludar a los niños a diario,
soy la que conoce los nombres de todos, soy la que saluda con respeto a cada
padre, la que manda información e inmediatamente dispuesta para cualquier duda o
apoyo. También soy un poco controladora, revisora, organizada y cumplida.
(incluso con covid), pero con la idea firme que todo siempre es MEJORABLE.. Un
Estilo de ser que ha cambiado en 16 años con altas y bajas, lo importante es
mantener el equilibrio, mi equilibrio.
Lamentablemente el sistema siempre tendrá
vacíos, más depende de uno saber si es la pieza que soporta y genera cambios o
la que siempre dará validez que lo demás está mal. No hay un estilo de enseñanza
correcto o incorrecto, pero hay que ser más humano.
No sabemos qué presenta el panorama de la
función docente en los próximos meses, pero espero ver a muchas educadoras con
su vocación latente, cantando y bailando como siempre en la escuela física o
virtual.
Gracias por leer, solo son pensamientos e
interesantes puntos de vista. ¿Cómo puede mejorar esto?
Mtra. Sheryl Aguilera Chuc.